Antes de amanecer, yo me habré ido ya,
con dolor en mi piel clavado y sin llorar,
y por última vez, te volveré a mirar,
desnuda entre las sábanas sin respirar.
Me acercaré a tus labios muy despacio.
Te besaré en silencio y me iré.
Y luego al despertar verás el cielo herido,
llorando en el mar,
sabrás que te he querido como a nadie más,
que dejo aquí mi vida, dónde duermes tú,
no quiero que me sorprenda la luz.
Vuelvo a la realidad,
ya no tiene sentido alargarlo más.
Pero qué voy a hacer si tú no estás.
Después del amanecer ya nada será igual,
Te llevaré en mi alma toda la eternidad.
Y por última vez, te volveré a mirar,
sabiendo que ya nunca te podré olvidar.
Siempre perdido bajo el cielo herido